sábado, 1 de mayo de 2010

Tamayo y el lejano oriente…

“Un encuentro para descubrir armonías en cuatro tiempos,” así podría definirse la experiencia en la que participe con los buenos amigos de Tamayo & Cia., algunos colegas de la fuente gastronómica y la especial presencia de Pablo Acevedo, Export Manager Latinoamérica de Viña San Pedro.

Nos juntamos para almorzar en el Restaurant El Palmar, toda una referencia de la gastronomía venezolana con sus cocinas abiertas y mesas bien servidas desde hace más de 50 años, una proeza en una ciudad que se caracteriza por la corta vida de los locales.


Iniciamos la aventura acompañando los “Din Sum Variados” con 35 Sur Reserva Sauvignon Blanc, producto creado bajo el concepto de Bivalle, con uvas del Valle de Curicó, que aportan aromas cítricos y frutales y otras provenientes de Elqui, con notas frescas y minerales. Una deliciosa y fresca armonía.


El segundo tiempo fue para Castillo de Molina Reserva Chardonnay, con sus intensos aromas a frutas tropicales y delicadas notas de avellanas y caramelo, en perfecta matrimonio con los “Cangrejos rebozados”, el “Langostino en crema blanca y nueces caramelizadas” y el “Mero Shangai”.


Pasamos al momento de los tintos con 1865, uno de mis vinos favoritos de esta viña, que probamos con la “Carne salteada con vegetales buda”, sus notas achocolatadas, aromas de arándano y cedro, lo hicieron muy bien, y creo que podría servirse con un plato aun más fuerte y saldría airoso.


Cerramos la tarde con las estrellas de ambas casas: “Pato Pekín con Fideos de arroz Singapur” y el Cabo de Hornos Reserva Especial, este vino intenso y elegante, con aromas de tabaco, textura suave y aterciopelada, y el delicado manjar que rellenó las crepes ofrecieron el mejor fin de fiesta que podríamos esperar.

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