El delicioso ron Santa Teresa 1796 compitió con otras 32 marcas en la categoría “rones extra añejos” y le hizo honor a la Denominación de Origen Controlado Ron de Venezuela, al adjudicarse la medalla de oro doble en una cata a ciegas en la Competencia Mundial de Bebidas Espirituosas (San Francisco World Spirits Competition), que anualmente se celebra en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos. Pionero en la industria del ron en la utilización del método artesanal de solera que incluye la crianza de barriles, el trasiego en cascada y la posterior crianza de toneles, la solera le confiere al ultra Premium de la familia Santa Teresa su cuerpo maduro y balanceado, que se asocia a la redondez del perfecto añejamiento y lo hacen inimitable.
Este estupendo ron salió al mercado en 1996 para celebrar los 200 años de la Hacienda Santa Teresa y representa el orgullo de una tradición bicentenaria, concebido como expresión de esa tierra generosa, donde se cultiva la caña, se destilan las mieles, y se añejan y embotellan los rones que le han ganado a Ron Santa Teresa prestigio internacional y que son orgullo de Venezuela en el mundo. Sus notas de cata:
A la vista: de color ámbar rojizo, es rico en lágrimas.
Al olfato: de aroma afrutado, con notas de miel y chocolate negro.
Al paladar: su sabor es meloso y complejo, ofrece notas de tabaco y cuero, tostado, ahumado… Es un ron redondo, con el balance que sólo el método de Solera puede aportar. De cuerpo firme y al mismo tiempo delicado y elegante, aterciopelado. Al final evoca los atributos que le confieren los robles que lo añejaron.
Este estupendo ron salió al mercado en 1996 para celebrar los 200 años de la Hacienda Santa Teresa y representa el orgullo de una tradición bicentenaria, concebido como expresión de esa tierra generosa, donde se cultiva la caña, se destilan las mieles, y se añejan y embotellan los rones que le han ganado a Ron Santa Teresa prestigio internacional y que son orgullo de Venezuela en el mundo. Sus notas de cata:
A la vista: de color ámbar rojizo, es rico en lágrimas.
Al olfato: de aroma afrutado, con notas de miel y chocolate negro.
Al paladar: su sabor es meloso y complejo, ofrece notas de tabaco y cuero, tostado, ahumado… Es un ron redondo, con el balance que sólo el método de Solera puede aportar. De cuerpo firme y al mismo tiempo delicado y elegante, aterciopelado. Al final evoca los atributos que le confieren los robles que lo añejaron.
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