“Esta es una verdadera reina pepeada”
cuenta la leyenda que comentó uno de los hermanos Álvarez, dueños de una
arepera famosísima en la Caracas de mediados del siglo pasado al referirse a la
primera Miss Mundo con gentilicio venezolano: Susana Duijn, dando nombre a la
genial arepa rellena de ensalada de pollo y aguacate que conocemos con esa
expresión tan venezolana.
Lamentablemente esa arepera no
sobrevivió, pero aun existe, al alcance de golosos y nostálgicos, otra que
cubre las expectativas desde los inicios de la década de los sesenta: El
Trolly.
Comenzó como un pequeño tráiler, ubicado
en Los Chaguaramos donde se vendían arepas, de allí rodó a El Rosal y
finalmente, en 1966, se estacionó en Las Mercedes. El éxito no se hizo esperar,
la algarabía y el ambiente de los jóvenes que disfrutaban la libertad de comer
sin bajarse de sus vehículos impulsó el negocio, y Antonio Ruiz fundador del
negocio decidió abrir el primer local.
Muy pronto figuras míticas como Libertad
Lamarque o Armando Manzanero, brillantes estrellas del Show Bussines local como Renny Ottolina y deslumbrantes astros como
Shakira o Ricky Martin desfilarían, cada uno en su mejor momento, por la
arepera causando revuelo entre los comensales y fortaleciendo la leyenda que se
ha tejido en torno al local.
El servicio en el carro, drive in, que
permite disfrutar de una buena arepa con una deliciosa merengada sin bajarse
del vehículo, alcanzó tal popularidad que, según Miro Popic, en su Guía
Gastronómica de Caracas, la costumbre de largarse del lugar sin pagar dio lugar
a la expresión “echar el carro”.
La propia Irene Sáez, el día de su
elección como Miss Venezuela 1981, subió directamente del Macuto Sheraton a la
popular arepera, con banda y corona, dispuesta a disfrutar de una arepa, se
imagina uno que para resarcirse de las largas jornadas a dieta a que se someten
las chicas para hacer realidad sus sueños… en una noche tan linda…
Parte de mi
texto publicado en la Revista Bienmesabe del mes de junio de 2013
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