Las Bodegas Roda están ubicadas a la vera del río Ebro, en un balcón del Barrio de la Estación de Haro, sobre un calado decimonónico. Las instalaciones fueron concebidas a la medida de sus vinos: diecisiete tinas de roble francés (tantas como viñedos seleccionados por temporada), una sala bioclimática fruto de una apuesta inédita por la innovación y dos naves de crianza excavadas directamente en la roca.
Esa noche probamos:
Roda 2004, 81% Tempranillo, 14% Graciano, 5% Garnacha
Vista: Color rojo con ribete violáceo.
Nariz: Frutas rojas (cereza madura), fresco con notas especiadas, recuerdos a caja de puros y aromas a cacao. Agradable y profundo.
Boca: Sedoso y largo paso en boca, vuelven a aparecer las frutas rojas y las especias dulces de la nariz. Redondo. La pequeña proporción de Graciano le aporta taninos y equilibrio.
Roda I 2005, 100% Tempranillo.
Vista: color muy cubierto, profundo, con borde rojo y fondo cereza intenso.
Nariz: frutas negras maduras, destacando la ciruela negra. Algunas notas minerales, regaliz.
Boca: voluminoso, de textura sedosa, con taninos muy finos.
Cirsion 2007, 100% Tempranillo.
Vista: intenso color cereza.
Nariz: aromas de fruta negra, tierra húmeda, violetas, chocolate y menta, eucalipto y humo.
Boca: de gran estructura y, a su vez, suave y aromático. Con taninos abundantes y dulces.
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