lunes, 16 de mayo de 2011

Al Cesar lo que es del Cesar y a Dita lo que es de Dita.


Originaria de Vergèze, Francia, en tiempos de Julio César, da sus primeros pasos en la comercialización hacia 1898, cuando Louis Perrier adquiere los terrenos de Bouillens, que en ese tiempo era un spa. El siguiente propietario del manantial, fue un inglés, St. John Harmsworth, quién decidió cerrar el spa y dedicarse completamente al negocio del agua, a la que llamó simplemente Perrier.

Un producto de más de 100 años, que se conserva tan joven e interesante como en 1863, durante el reinado de Napoleón III, cuando se obtuvieron los derechos para poder explotar el manantial.

El primer slogan utilizado para promocionar el producto fue “La princesa de las aguas naturales” en el año de 1870, hoy la sugerente y divertida imagen de Dita Von Tesse acompaña esta agua gasificada, famosa por la fuerza de sus burbujas que aportan una sensación de frescura extraordinaria en cada sorbo.

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