La calidad de los espumosos criollos es un aspecto que Bodegas Pomar comienza a vigilar incluso desde la cosecha, cuando se recogen las mejores uvas provenientes de diversas regiones vitivinícolas del mundo, pero sembradas en parcelas específicas del viñedo de la casa, en el Edo. Lara. Desde ese momento hasta que están disponibles en el anaquel transcurren entre 18 y 24 meses, tiempo durante el cual son sometidos al rigor del método tradicional o Champenoise, en el que la segunda fermentación ocurre dentro de la propia botella. En este sistema (el mismo empleado en la producción del champagne francés) intervienen tanto la tecnología como la destreza manual de quienes, con esmero y dedicación, cuidan cada etapa del proceso.
Ahora han modernizado su aspecto: lucen más refinados y elegantes, las etiquetas tienen predominio de los tonos perlados, que se combinan con otros para diferenciar el tipo de espumoso: el azul identifica a Pomar Demi Sec, tonos más cálidos para Pomar Brut Rosé, el dorado distingue a Pomar Brut y el negro a Pomar Brut Nature. Además traen ahora más información en su parte posterior, lo que es de especial interés para los entusiastas del vino. Y siguen, por supuesto, tan deliciosos como siempre.
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